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por Raúl Rivas González, Universidad de Salamanca


La Agència de Salut Pública de Catalunya (Aspcat) ha confirmado al menos ocho casos de dengue autóctono en un brote que ha tenido lugar en Tarragona, el más importante en España desde hace décadas.

El foco ha sido identificado en el casco urbano de la localidad de Vila-seca. Dos casos requirieron ingreso hospitalario, cuatro han presentado sintomatología leve y otros dos han sido asintomáticos. No se descarta la detección de más infecciones en los próximos días.

CASI EN MÁXIMOS HISTÓRICOS

El dengue supone una amenaza actual y futura para la salud pública. Su transmisión es cíclica y cabe esperar grandes brotes cada tres o cuatro años. A partir de principios de 2023, la transmisión en curso combinada con un pico inesperado de casos ha dado lugar a una cifra cercana al máximo histórico. Así, desde que dio inicio 2024 han sido notificados más de 12 millones de casos y más de 8 000 muertes relacionadas con esta enfermedad en 86 países y territorios.

En las últimas dos décadas, se ha multiplicado por diez el número de casos registrados, e incluso esta cifra es probablemente una subestimación. De hecho, es la única enfermedad infecciosa cuya mortalidad anual está aumentando.

El 80 % de las infecciones de dengue son asintomáticas o producen una dolencia febril leve, pero la tasa de letalidad aumenta durante los brotes. En Europa, países como Francia e Italia, además de España, han confirmado en 2024 casos autóctonos. Con razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado el dengue como una emergencia de grado 3, es decir, que requiere una respuesta importante o máxima.

TRANSMITIDOS POR LOS MOSQUITOS AEDES

El dengue se considera la enfermedad viral transmitida por mosquitos más importante en humanos. Es causada por la infección con cualquiera de los cuatro serotipos del virus del dengue (de DENV-1 a DENV-4). La infección por un serotipo determinado brinda inmunidad homóloga de larga duración, pero la protección heteróloga, frente a un serotipo diferente, es de solo unos meses.

Los principales vectores de la enfermedad son los mosquitos hembra de las especies Aedes aegypti (el mosquito del dengue) y, en menor medida, Aedes albopictus (el mosquito tigre asiático). También se ha informado de transmisión perinatal (de una mujer embarazada al bebé), en transfusiones de sangre y a través de la leche materna y trasplantes de órganos.

Aunque Aedes aegypti está asociado con la mayoría de las infecciones, el rango del mosquito tigre está en constante expansión, tolera mejor el ambiente frío y es agresivo, si bien se alimenta con menos frecuencia. Ambas especies tienden a vivir en interiores y están activas durante el día.

Aedes albopictus es una especie invasora de fácil transporte que actualmente está presente en las zonas de los continentes donde hay climas templados y tropicales y varios puntos de los océanos Pacífico e Índico. La dramática expansión global de este insecto ha sido facilitada por las actividades humanas, en particular el movimiento de neumáticos usados y la comercialización de la planta ornamental llamada “bambú de la suerte”.

EL FACTOR HUMANO

Algunos modelos estimativos indican que las infecciones reales de dengue alcanzan los 390 millones por año, de las cuales 96 millones manifiestan síntomas clínicos. La incidencia mundial se ha multiplicado por ocho en los últimos 20 años y continúa aumentando.

En muchos sentidos, este incremento de casos está provocado por el ser humano. Concretamente, la combinación de urbanización, cambio climático y movimiento de personas y bienes está facilitando la propagación del virus y sus vectores.

Por ejemplo, los episodios más extremos de los fenómenos meteorológicos El Niño y La Niña han provocado fuertes precipitaciones, humedad y aumento de las temperaturas, lo que favorece la reproducción de los mosquitos y la transmisión del patógeno.

AEDES ALBOPICTUS SE HACE FUERTE EN EUROPA

La introducción de Aedes albopictus en Europa fue documentada por primera vez en Albania, a finales de la década de 1970. Hoy su presencia se registra en multitud de países de este continente.

En lo que respecta a España, el mosquito tigre entró a partir del mercado de productos del sureste asiático y fue localizado por primera vez en Cataluña en 2004. En la actualidad, este insecto se ha establecido en los territorios de Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía, Islas Baleares, Aragón, País Vasco, Madrid y Extremadura.

Dentro del entorno europeo, se trata de un mosquito principalmente urbano que aprovecha de forma sistemática puntos de agua de origen humano para su reproducción. Aedes albopictus está catalogada como una de las 100 especies invasoras más peligrosas por su capacidad de adaptación, de colonizar nuevas áreas y de propagar arbovirus zoonóticos patógenos humanos cómo el virus zika, el del dengue y el chikungunya.

DE FIEBRE LEVE A SÍNDROME POTENCIALMENTE MORTAL

La infección por el virus del dengue puede dar lugar a un amplio espectro de manifestaciones clínicas, desde una enfermedad similar a la gripe leve, conocida como fiebre del dengue, hasta el síndrome del dengue grave, potencialmente mortal. Los síntomas incluyen fiebre, náuseas, vómitos, erupción cutánea, dolores y molestias, y en los casos graves pueden producirse hemorragias severas y shock; si no se trata, la mortalidad puede llegar al 20 %.

El riesgo de infección por mosquitos se asocia positivamente con una alta carga viral y fiebre alta en el paciente. En algunos lugares, la enfermedad también es conocida como fiebre rompehuesos (debido a la gravedad de los espasmos musculares y el dolor articular), fiebre dandy o fiebre de siete días (por la duración habitual de los síntomas).

GRAN PARTE DE LA HUMANIDAD ESTÁ EN RIESGO

Los datos apuntan a que 3 900 millones de personas corren hoy en día el riesgo de infectarse con el virus del dengue, pero algunas previsiones calculan que en 2080 más de 6 000 millones de personas estarán en riesgo de contraer la enfermedad.

El objetivo de la OMS para la Estrategia mundial para la prevención y el control del dengue 2021-2030 es reducir la tasa de letalidad al 0 % para 2030.

Por desgracia, no existe un antiviral específico para la infección, y la mayoría de las medidas actuales enfocadas al control de los mosquitos no son eficaces a la hora de prevenir la enfermedad. Por ello, la vacunación es fundamental para conseguir reducir la tasa de letalidad.

Existen dos vacunas autorizadas contra el dengue: Dengvaxia (CYD-TDV), desarrollada por la compañía Sanofi Pasteur, y Qdenga (TAK-003), desarrollada por Takeda. Según la OMS, la vacunación debe ser considerada como parte de una estrategia integrada de prevención y control del dengue, una enfermedad en plena expansión.The Conversation

Raúl Rivas González, Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología., Universidad de Salamanca

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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