Neurobiólogos de la Universidad de California han descubierto en ratones cómo la
tensión y el agobio se convierten en pánico en afecciones como el trastorno de
estrés postraumático. El estudio, publicado hoy en Science, revela también un
método para bloquear esta emoción
Pixabay |
por Verónica Fuentes
La percepción de algún tipo de amenaza, ya sea real o imaginaria,
desencadena una reacción de miedo. Nuestro sistema nervioso está programado
para sentir esta emoción, ya que se trata de un mecanismo de supervivencia
que nos indica que debemos permanecer alerta y evitar situaciones
comprometidas.
El problema surge cuando este fenómeno se desencadena en ausencia de
peligros tangibles. Las personas que han sufrido episodios de estrés grave o
potencialmente mortal pueden experimentar posteriormente intensos
sentimientos de temor, incluso durante situaciones que carecen de una
amenaza auténtica.
Esta generalización excesiva del miedo es psicológicamente perjudicial y
puede provocar, entre otros, trastorno de estrés postraumático (TEPT), cuyos
síntomas pueden incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así
como pensamientos incontrolables sobre la situación.
Nuestro trabajo aporta una nueva perspectiva sobre el origen del miedo generalizado, es decir, el que se produce tras un estrés agudo en ausencia posterior de una amenaza real, como ocurre en el TEPTNick Spitzer (Universidad de California)
Hasta ahora, los mecanismos inducidos por el estrés que consiguen que
nuestro cerebro produzca sentimientos de pánico en ausencia de peligro han
sido bastante desconocidos. Neurobiólogos de la Universidad de California en
San Diego (EE UU) han identificado en roedores los cambios en la bioquímica
cerebral y trazado los circuitos neuronales que provocan esa experiencia
negativa.
“Nuestro trabajo aporta una nueva perspectiva sobre el origen del miedo
generalizado, es decir, el que se produce tras un estrés agudo en ausencia
posterior de una amenaza real, como ocurre en el TEPT”, explica a SINC Nick
Spitzer, autor principal del estudio publicado hoy en la revista Science.
Además, su investigación aporta nuevos conocimientos sobre cómo podrían
prevenirse las respuestas de pánico. “Dado el número actual de crisis en
todo el mundo, cabe prever que la incidencia del TEPT vaya en aumento.
Nuestros resultados pueden conducir a una terapia génica para prevenir el
desarrollo de esa emoción de forma generalizada”, añade.
LOS MECANISMOS DEL MIEDO AL DESCUBIERTO
El equipo ha descrito cómo el estrés agudo provoca un cambio en la identidad
de los neurotransmisores [las sustancias químicas que liberan las neuronas
para comunicarse entre sí] de una región del mesencéfalo de los ratones.
“Descubrimos que estas neuronas dejan de producir un neurotransmisor, el
glutamato, que excita a las neuronas a las que están conectadas. Entonces,
estas empiezan a producir otro neurotransmisor, el GABA, que inhibe a las
neuronas a las que están conectadas. Dicha modificación en los
neurotransmisores lleva a los ratones a mostrar miedo generalizado”,
apunta Spitzer.
De esta forma, cuando los investigadores impidieron la aparición de GABA,
los ratones no experimentaron esta emoción. “La ventaja de comprender
estos procesos a este nivel de detalle molecular permite una intervención
específica en el mecanismo que impulsa los trastornos relacionados”,
continúa.
A partir de este hallazgo, los expertos examinaron los cerebros humanos
post mortem de personas que habían sufrido TEPT. En sus cerebros también
se confirmó un cambio similar del neurotransmisor glutamato por el GABA.
AYUDA AL TRATAMIENTO DEL TEPT
Además, cuando se trató a los ratones con el antidepresivo fluoxetina
(conocido como Prozac) inmediatamente después de un acontecimiento
estresante, se evitaba el cambio de transmisor y prevenía la posterior
aparición del miedo generalizado.
Los científicos no solo identificaron la ubicación de las neuronas que
conmutaban su transmisor, sino que demostraron las conexiones de estas
neuronas con la amígdala central y el hipotálamo lateral, regiones
cerebrales que anteriormente se habían relacionado con la generación de
otras respuestas de pánico.
“Ahora que conocemos el núcleo del mecanismo por el que se produce esta
emoción negativa inducida por el estrés y los circuitos que lo ponen en
práctica, las intervenciones pueden ser selectivas y específicas”, afirma
Spitzer.
NECESARIOS MÁS ESTUDIOS
Aunque se han realizado muchos estudios sobre el miedo condicionado [aquel
que se produce cuando se vuelve a colocar a un individuo en el entorno en el
que antes estaban expuestos al estrés], se han realizado relativamente pocos
trabajos sobre los orígenes del miedo generalizado.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta investigación ha
examinado ratones como modelo para las personas. “Es imprescindible seguir
trabajando para determinar, en estudios controlados, si la fluoxetina es
segura y eficaz en el tratamiento de personas que han experimentado un
estrés agudo”, puntualiza.
Referencia:
“Generalized fear after acute stress is caused by change in neuronal
co-transmitter identity”. Science DOI 10.1126/science.adj5996
Artículo publicado originalmente en SINC
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