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por Francesc Grauet

A lo largo de la historia y durante millones de años, la tierra ha experimentado alteraciones en su clima, específicamente en su temperatura, como los períodos glaciares y los calentamientos globales, que han producido transformaciones en el medio ambiente del planeta.

El clima es una descripción estadística del tiempo atmosférico en términos de los valores medios y de la variabilidad de las magnitudes, que siempre está fluctuando de forma natural. La variabilidad climática y el cambio climático, afectan a los procesos biogeofísicos y socioeconómicos, ocasionando importantes repercusiones tanto positivas como negativas en los ecosistemas y en la sociedad.

El cambio ambiental que sufrimos a nivel global es el resultado del efecto sinérgico de las actividades humanas y la alteración de los sistemas de fluidos del planeta (atmósfera e hidrósfera).

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático ha adoptado la definición de este fenómeno como un cambio de clima que se atribuye, directa o indirectamente, a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se superpone a la variabilidad natural del clima observada durante largos períodos de tiempo comparables.

Son numerosas las pruebas acerca de la relación de la enfermedad y sus nefastas consecuencias derivadas de los riesgos ambientales, efectos que, según está previsto, seguirán aumentando a medida que el clima siga cambiando, de aquí que el cambio climático es una amenaza muy directa para la salud.

Desde mediados del siglo XX la temperatura media terrestre ha aumentado incesante y progresivamente, hecho que repercute en la salud de la población mundial.

El cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la salud. Causará anualmente unas 250 000 defunciones adicionales entre 2030 y 2050; 38. 000 por exposición de personas al calor; 48.000 por diarrea; 60 000 por paludismo y 95. 000 por desnutrición infantil.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) estima con un alto grado de certeza que el cambio climático previsto repercutirá en la salud humana hasta mediados de este siglo XXI. El IPCC distingue tres tipos de efectos del cambio climático sobre la salud: efectos directos, efectos indirectos a través de los sistemas naturales y efectos indirectos a través de los sistemas socioeconómicos.

Entre los efectos directos a la salud están los provocados por las olas de calor y los desastres; mientras que los indirectos son determinados por las enfermedades transmitidas por los alimentos, por el agua y por vectores.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS Y ALÉRGICAS

  • Las olas de calor aumentan el riesgo de morbilidad de la Enfermedad pulmonar Crónica con la elevación de la temperatura estival en mayores de 74 años.
  • Los cambios en la polinización aumentan la producción y el contenido de las proteínas alergénicas del polen y su generación es más precoz y prolongada.
  • El aumento de eventos climáticos extremos y elevación del nivel del mar, repercute en el incremento de la frecuencia e intensidad de huracanes y tormentas, facilitando la dispersión de aero-alergenos aumentando la frecuencia de alergias respiratorias.
  • El aumento de la contaminación atmosférica, incrementa los síntomas y el aumento de la morbimortalidad respiratoria.
  • En las interacciones entre contaminantes atmosféricos y alérgenos respiratorios, provocan que los residentes urbanos tengan más alergias que los rurales, porque existe un sinergismo entre los alérgenos respiratorios (polen) y los contaminantes atmosféricos.

CAMBIO CLIMÁTICO Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES

La OMS estima que el cambio climático causará anualmente unas 250.000 defunciones adicionales entre 2030 y 2050; 38.000 de ellas por la exposición de la población más envejecida al calor. Lo que es una estimación conservadora al suponer un progreso económico y sanitario y no incorporar el menor consumo de frutas y verduras y el aumento de la pobreza, ambos factores asociados al riesgo cardiovascular y al cambio climático.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS

La enfermedad de mayor expansión asocia- das al cambio climático son las transmitidas por mosquitos, agua y alimentos, así como algunas zoonosis. Estas enfermedades pueden ser actualmente endémicas en algunas regiones, pero van a aparecer en otras zonas que no las tenían o las habían controlado (reemergentes) como la infección por virus Zika en Sudamérica y Caribe, i el tifus de los matorrales o dengue en Chile.

EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA EDAD PEDIÁTRICA

Los niños son especialmente vulnerables a los efectos dañinos para la salud ligados a cambios climáticos. Dado que su sistema inmunológico y todos sus órganos se están desarrollando, son más susceptibles a enfermedades y contaminantes. La inmadurez infantil, su menor superficie corporal y la mayor frecuencia cardíaca y respiratoria, incrementan los efectos nocivos de la contaminación. Los daños sufridos en la niñez pueden durar toda la vida.

ALGUNOS EJEMPLOS

El mosquito Culex y, en menor medida el Aedes, vectores competentes para la transmisión del virus del Nilo, necesitan un medio acuático para completar el ciclo, ya que las hembras oviponen en el agua y tanto las fases larvarias como las pupas son acuáticas. Y, en Europa, las aguas presentan las condiciones más adecuadas para cumplir con este fin. No es casual que los brotes del virus del Nilo aumentaran un 149 % en el sur de Europa y un 163 % en Europa central y oriental en el periodo de 1986-2020 en comparación con los períodos anteriores.

Otra enfermedad severa a considerar es la fiebre hemorrágica por infecciones por Ebola enfermedad severa. Este virus pertenece a la familia de los Filoviridae y existen 4 subtipos, de ellos tres han dado lugar a enfermedad en humanos, Ebola-Zaire. Ebola-Sudán y Ebola-Costa de Marfil.

La fiebre amarilla constituye un caso de enfermedad reemergente y aún con la existencia de una vacuna eficaz, en muchas zonas de riesgo no se vacuna de manera sistemática. La amenaza de fiebre amarilla está latente en 33 países de África y 8 de Sudamérica.

EN CONCLUSIÓN

Para mitigar el inmenso y progresivo deterioro que el cambio climático está generando en la biósfera y sus enormes repercusiones en la salud humana es indispensable que los líderes de todos los países del mundo se comprometan a actuar ahora mismo, adoptando medidas concretas y eficaces.  

Sugiero identificar los conocimientos y percepciones de la población acerca de las causas y consecuencias del cambio climático, a partir de estos resultados se determinará qué tan informada se encuentran las comunidades respecto al fenómeno ambiental para posteriormente diseñar planes y/o estrategias de educación y comunicación que generen resiliencia.

Los programas de atención y vigilancia se deben centrar en poblaciones de bajos recursos debido a que estas comunidades son las más sensibles ante los efectos del cambio climático, por su restringido acceso a instalaciones sanitarias, agua potable y vivienda en zonas de alto riesgo.

Enfermero de Atención Primaria, Máster en Atención Prehospitalaria y Hospitalaria Urgente

BIBLIOGRAFÍA:

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  5. HINOJOSA JUAREZ, ARACELI CONSUELO, et al. "Cambio climático y enfermedades emergentes, reemergentes y nuevas."

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