Algunos bancos de sangre no han recuperado sus reservas tras la pandemia
y buscan impulsar las donaciones entre los jóvenes en un contexto de
envejecimiento poblacional. Mientras tanto, la ciencia intenta producir
células sanguíneas en el laboratorio para cubrir algunas necesidades que
ni siquiera la sangre humana puede satisfacer
por
María Marín
“Una persona que dona sangre puede ayudar a salvar la vida de tres
personas diferentes”. Esta es la cifra que resalta Luisa Barea,
hematóloga y gerente del Centro de Trasfusión de la Comunidad de Madrid.
Es así porque de la donación de sangre de una única persona se pueden
extraer tres componentes fundamentales: glóbulos rojos, plasma y
plaquetas.
A pesar de su importancia, durante la pandemia las
donaciones se vieron mermadas
y en la actualidad algunos centros de transfusión afirman no haber
recuperado los niveles de reserva que tenían previamente. “Estamos siempre
a un 60 % del nivel de reservas. Podemos satisfacer la demanda,
pero no logramos remontar las cifras hasta puntos idóneos”, señala Barea a
SINC.
Sin embargo, los niveles de reservas
varían entre comunidades
porque cada una tiene su centro de trasfusión, que se encarga de promover
las donaciones y de distribuir los componentes sanguíneos a los diferentes
hospitales de su región.
Estamos siempre a un 60 % del nivel de reservas. Podemos satisfacer la demanda, pero no logramos puntos idóneosLuisa Barea, hematóloga
“En
Cataluña actualmente tenemos un nivel de reserva de sangre adecuado
a las necesidades de los pacientes. A fecha de hoy [27 de marzo de 2023]
disponíamos de unas reservas de 7.000 unidades que cubren de sobra la
demanda. No podemos hablar de escasez”, señala a SINC
Joan Ramón Grifols, director asistencial del Banco de Sangre y
Tejidos en Cataluña.
Por eso existe un sistema de “solidaridad intercomunitaria
mediante el cual algunas comunidades con un cierto excedente pueden dar
soporte a necesidades puntuales de otras regiones”, añade. Grifols
confirma que Galicia, por ejemplo, es una de las regiones con las que
puntualmente han colaborado suministrando sangre, en un momento en el que
sus niveles de reserva estaban demasiado bajos.
Disponer de reservas es importante porque la sangre donada está implicada
en numerosas intervenciones médicas. Por ejemplo, se utiliza para las
mujeres con complicaciones obstétricas, niños con anemia grave, pacientes
que se someten a intervenciones quirúrgicas, personas con traumatismo
graven o pacientes con cáncer. Es decir, no se usa únicamente para
situaciones de emergencia, sino que
hay personas que en su día a día la necesitan para vivir.
Así lo confirma a este medio Secundino Sacristán, un paciente que
recibe transfusiones desde que tiene seis años porque tiene talasemia, un
trastorno de sangre hereditario que ocurre cuando el cuerpo no produce la
cantidad suficiente hemoglobina. “Cada vez que voy al hospital tengo dos
regalos esperándome: las dos bolsas de sangre que recibo, sin las cuales
no sé cuánto tiempo podría vivir. Es el mejor regalo que una persona puede
hacer”, asiente el paciente.
Cada vez que voy al hospital tengo dos regalos esperándome: las dos bolsas de sangre que recibo, sin las cuales no sé cuánto tiempo podría vivirSecundino Sacristán, paciente
Los
últimos datos disponibles
muestran que en 2021 se realizaron 1.720.402 donaciones, que permitieron
llevar a cabo 1.886.500 trasfusiones y atender a más de 493.000
pacientes.
EL NECESARIO AUMENTO DE LA DONACIÓN DE LOS JÓVENES
Con la mirada puesta en el mantenimiento de las reservas de sangre a
largo plazo, muchos centros están impulsando las donaciones entre personas
jóvenes. “Actualmente predomina un perfil de donante cuya franja de
edad está entre los 45 y los 54 años. Teniendo en cuenta que a partir de
los 70 años ya no se puede dar más sangre, es importante incorporar
donantes jóvenes, con gran potencial para la donación, y que se fidelicen
al programa”, propone Grifols.
La falta de donantes jóvenes podría tener un impacto negativo en el
suministro de sangre en el futuro, ya que la demanda sigue siendo alta y
se espera que aumente con el envejecimiento de la población.
De hecho, el descenso en la cantidad de donantes jóvenes ha sido
una preocupación en los últimos años, ya que son precisamente los
jóvenes los que suelen tener menos riesgo de enfermedades crónicas y son
los que podrán donar sangre durante más años.
Galicia tiene una población muy envejecida, lo que significa que una parte importante de la población ya no puede donarCentro de Transfusión de Galicia
“Galicia tiene una población muy envejecida, como otros
territorios de España, lo que significa que una parte importante de la
población ya no puede donar. Por eso, uno de nuestros objetivos es
concienciar y hacer donantes a las generaciones más jóvenes. Todos los
años realizamos campañas en las universidades y centros de formación
profesional”, indican a SINC desde el Centro de Transfusión de
Galicia.
La Federación Española de Sangre (FedSang) confirma que “no es que los
jóvenes no quieran donar, sino que el problema está más relacionado con
la demografía, ya que cada vez hay menos personas en ese tramo de edad”.
Según los datos facilitados por la Federación a este medio, “del total
de donantes,
solamente un 25 % pertenecen a la franja de 18 a 30 de edad. Esta
cifra no ha evolucionado en los últimos años”.
Seguramente parte de las estrategias que todos hemos utilizado para aproximarnos a estos grupos de edad no han sido las más idóneasJoan Ramón Grifols, director asistencial del Banco de Sangre y Tejidos en Cataluña
Grifols hace autocrítica al respecto y apunta que “seguramente parte de
las estrategias que todos hemos utilizado para aproximarnos a estos
grupos de edad no han sido las más idóneas. Debemos mejorar nuestra
capacidad de penetrar en estos grupos”.
ALTERNATIVAS A LA SANGRE
Mientras tanto, la ciencia está buscando la forma de crear
sangre en el laboratorio. “Siempre vamos a buscar sustitutos a la
sangre. De hecho, llevamos muchos años buscando la molécula adecuada.
Pero hoy por hoy no hay ninguna”, manifiesta a SINC Pilar Llamas,
jefa del Servicio de Hematología del Hospital Universitario Fundación
Jiménez Diaz.
Durante muchos años se trató de crear hemoglobina artificial, pero
“en España no está aprobada para su uso hospitalario porque tiene
muchos efectos adversos. Se han utilizado en ocasiones muy concretas,
como periodos de guerra”, añade la hematóloga.
Según un
metaanálisis
realizado al respecto, la hemoglobina artificial se asocia con un
riesgo significativamente mayor de muerte e infarto de
miocardio. Además, estas investigaciones observaron que la hemoglobina
artificial no era capaz de trasportar el oxígeno suficiente.
Otro de los estudios con más actividad a escala mundial se orienta a
la producción de células sanguíneas en el laboratorio a
partir de células madre, es decir, in vitro.
Poder reproducir in vitro la producción de glóbulos rojos es uno de los avances más significativos y con más posibilidades de repercutir a nivel clínico en el futuroNuria Nogués, investigadora
“Queremos imitar el proceso que tiene lugar en nuestra médula ósea,
el cual conduce a diferentes componentes como los glóbulos rojos, los
glóbulos blancos y las plaquetas. Esta investigación ha sido posible
gracias a la explosión del campo de las tecnologías basadas en las
células pluripotentes. Poder reproducir in vitro el proceso de
producción de glóbulos rojos es uno de los avances más significativos
y con más posibilidades de repercutir a nivel clínico en el futuro”,
explica a SINC Nuria Nogués, investigadora y responsable del
Laboratorio de Inmunohematología del Banco de Sangre de
Cataluña.
Aunque ya es posible reproducir el proceso que tiene lugar en el
organismo, la experta recuerda que hay que mejorar la exigencia de
esta técnica para que se pueda llevar a la clínica.
Hoy en día hay en marcha un
primer ensayo clínico
mundial en el Reino Unido en el que se evalúa la transfusión de
glóbulos rojos producidos en el laboratorio a individuos
voluntarios.
No obstante, este tipo de investigación no busca sustituir las
actuales dinámicas de donaciones altruistas, sino cubrir unas
necesidades que hoy en día son difíciles de satisfacer. Por ejemplo,
podría ayudar a personas con trastornos de la sangre y a
pacientes con tipos de sangre raros, incluso si se encuentran
en diferentes partes del mundo.
AHORRO DE SANGRE EN HOSPITALES
Tal y como señala la investigadora catalana, “cada bolsa de sangre
que se transfunde contiene dos billones de glóbulos rojos y
hacen falta más de 1000 bolsas como estas cada día para cubrir
las necesidades transfusionales. Estos avances van a complementar,
pero nunca van a ser lo suficientemente eficientes como el cuerpo
humano para poder cubrir toda la demanda”.
Por eso en los hospitales ya están implementando nuevas estrategias
a corto plazo para evitar la sobretransfusión, como la puesta en
marcha de los llamados programas PBM (Patient Blood Management). Son un conjunto de estrategias terapéuticas que tienen
como objetivo mejorar la condición del paciente antes de que llegue
al quirófano y minimizar el sangrado durante las cirugías. Estos
programas permiten utilizar menos reservas de sangre
hospitalarias.
Queremos que el paciente vaya a la cirugía o a cualquier otra intervención lo más preparado posiblePilar Llamas, jefa del Servicio de Hematología
“Queremos que el paciente vaya a la cirugía o a cualquier otra
intervención lo más preparado posible. Por ejemplo, si una mujer
llega al hospital con un sangrado ginecológico abundante y con la
hemoglobina baja, podemos probar a ponerle hierro y evitar la
trasfusión. Además, también es muy importante tratar la causa, pues
es posible que la paciente tenga un mioma uterino u otra alteración
que esté provocando ese sangrado abundante”, explica Llamas.
IMPULSAR LA DONACIÓN DE PLASMA
Otra iniciativa en la que están inmersos los hospitales es en el
impulso de la extracción de plasma, dado que España nunca ha
sido autosuficiente en este componente, a diferencia de lo que
ocurre con las donaciones de sangre.
La diferencia de este proceso es que se realiza por
aféresis. Es decir, la persona donante se conecta a una
máquina que, durante la extracción, va separando el plasma de los
demás componentes y le devuelve al donante el resto de sangre al
mismo tiempo. “Fomentar estos proyectos ayudará también a que la
industria pueda obtener más hemoderivados”, recuerda Llamas, dado
que gran parte del plasma se cede a la industria.
Muchos de nosotros seremos receptores en algún momento de nuestras vidas de estos componentes sanguíneosJoan Ramon Grifols
Estos proyectos remarcan la importancia de disponer de sangre
diariamente —esta ‘caduca’ a los 41 días— y resaltan la
relevancia de la donación altruista, un logro que en España ya
está asentado, a diferencia de otros países. “En Estados Unidos,
por ejemplo, la donación de plasma es remunerada”, recuerdan en la
FedSang.
“Muchos de nosotros seremos receptores en algún momento de
nuestras vidas de estos componentes sanguíneos.
A veces toca donar y otras veces recibir. Es importante
saber estar en ambos lados”, recuerda Grifols.
Artículo publicado originalmente en
SINC
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