por Francesc Grauet
Desde el inicio de los tiempos, cada nueva invención tecnológica ha
supuesto un cambio de paradigma para la forma de desenvolverse de las
personas en su trabajo y en las actividades de la vida diaria, facilitando
evolucionar de manera individual y colectiva. No obstante, en los últimos
años la frecuencia de los cambios se ha acelerado hasta tal punto que las
empresas tienen que renovarse y reinventar su proceder diario
constantemente. Normalmente, son pequeños cambios o meras adaptaciones,
pero en ocasiones aparece una innovación que deja obsoletos los mecanismos
anteriores. Esto es lo que se conoce como “tecnología
disruptiva”.
La tecnología disruptiva o innovación disruptiva se define como aquella
tecnología o innovación que conduce a la aparición de productos y
servicios que utilizan preferiblemente una estrategia disruptiva (que
produce una ruptura brusca) frente a una estrategia sostenible adaptada a
la tecnología dominante.
Clayton M. Christensen, profesor de Harvard Business School, fue
el primero en acuñar el término tecnología disruptiva. En su libro
bestseller de 1997, "The Innovator's Dilemma", Christensen separa la nueva
tecnología en dos categorías: sostenida y disruptiva. La tecnología
sostenida se basa en mejoras incrementales a una tecnología ya
establecida. La tecnología disruptiva carece de refinamiento, a menudo
tiene problemas de rendimiento porque es nueva, atrae a un público
limitado y puede que aún no tenga una aplicación práctica probada (tal fue
el caso de la "máquina de habla eléctrica" de Alexander Graham Bell, que
ahora llamamos el teléfono).
Las grandes transformaciones económicas y sociales, la globalización y
democratización del conocimiento, las innovaciones tecnológicas y los
cambios medioambientales, vienen generando en las últimas décadas
dinamismos disruptivos sin precedentes en la historia de la humanidad,
afectando a todos los estratos, determinantes y funciones del modelo de
sociedad y de vida.
CAMBIO DE PARADIGMA CIENTÍFICO
Posiblemente, el factor de transformación más disruptivo para las
profesiones sanitarias esté vinculado al cambio de paradigma científico,
tecnológico, cultural y social. Lo que plantea la necesidad de revisar
nuestra estructura, de competencias esenciales (conocimiento + tecnología
+ filosofía de valores), y la cultura organizativa implícita en las
prácticas asistenciales, así como las demarcaciones internas de la
especialización biomédica, la intersección funcional de los ámbitos
sanitarios y sociosanitarios, y el propio modelo de atención clínica y
protección de la salud.
El nuevo paradigma tecnológico en el ámbito sanitario, con el
desarrollo de la computación cognitiva de nueva generación y de la
inteligencia artificial, está ya hoy modificando no solo los sistemas
organizativos y funcionales, sino además los mecanismos de información y
de comunicación, el marco sociológico y cultural, así como las
interdependencias entre los stakeholders del sector de la salud y de las
ciencias de la vida.
Hay determinantes que identifican tendencias e innovaciones
disruptivas, que nos lleva a las nuevas fuentes de la ciencia
biotecnológica y biomédica: son la nanotecnología y la
biotecnología.
PRESENTE Y FUTURO
Tenemos casos de innovación disruptiva como el de Facebook, que se hizo
líder en poco tiempo aportando un servicio novedoso, o como Skype apostó
por el modelo de voz IP cuando las grandes compañías de
telecomunicaciones no se ocupaban de esta tecnología y así pudo, poco a
poco, buscar su nicho e ir mejorando y ocupando cuota de mercado hasta
convertirse en una compañía líder de comunicaciones.
Pero vayamos a nuestro sector de la salud. Históricamente, ha
implementado los cambios drásticos con gran lentitud. El motivo es que
este sector abarca un gran número de participantes, cada uno de ellos
con su hoja de ruta: los actores sectoriales, los inversores, las
políticas estatales, los consumidores y los políticos. Algunos de
estos participantes tienen un poder y unos recursos considerables que
no están dispuestos a arriesgar y cambiar, así como así. Están
acomodados.
Según futurólogos como Ray Hammond, entre los seis factores de
cambio que condicionarán el mundo en el año 2030 se encuentran el
desarrollo exponencial de la tecnología y el modelo de prevención de
enfermedades y extensión de los años de vida.
Más que intentar encontrar cura para las enfermedades y los dolores
existentes, la revolución médica que viene producirán una nueva
disciplina enfocada a la medicina personalizada,
para prevenir la enfermedad y aumentar firmemente la longevidad
humana.
La interacción entre la investigación médica convencional y la
industria de la tecnología punta supone un considerable progreso en la
asistencia médica actual. Observamos que los tratamientos son más
rápidos y efectivos y el desarrollo de la asistencia sanitaria ha dado
un espectacular paso adelante desde el siglo pasado.
Como en otras áreas de actividad, este progreso también está
impulsado por los descubrimientos dentro de otros sectores de la
industria de la tecnología punta. La biotecnología, la inmunoterapia y
la tecnología médica, por ejemplo, son nuevas disciplinas que están
ocupando el lugar de la medicina y la investigación convencional, y
son una prueba más de la disrupción en la asistencia sanitaria y las
ciencias de la vida.
La telemedicina es otro de los ámbitos que más se está beneficiando
de la digitalización, pasando a ser actualmente una rama esencial
debido a la crisis de la Covid-19, ayudando a los proveedores médicos
y cuidadores a responder de manera más eficaz a las necesidades de las
personas.
Y cuál es el impacto actual en la medicina de las tecnologías
disruptivas. Analicemos algunas muy brevemente:
- Realidad aumentada: busca mejorar la realidad superponiéndole realidades artificiales. Los elementos que puedes ver y tocar se combinan con otros elementos virtuales para mejorar tu experiencia.
- Impresión 3D (que está evolucionando a la impresión 4D): está jugando un papel importante en el mundo de la medicina con la llegada de materiales de impresión 3D biocompatibles.
- Inteligencia artificial (IA). Sus ejemplos: los sistemas expertos, las redes neuronales artificiales, la interpretación de radiografías o las analíticas predictivas.
- Internet de las cosas: cada vez son más los dispositivos comunes que cumplen con funciones de salud. Por ejemplo, no es raro que un smartphone o un reloj inteligente tenga sensor para medir nuestro pulso cardíaco.
- Big data: Esta tendencia tecnológica aborda el manejo de los grandes y complejos conjuntos de datos que son difíciles de procesar con herramientas de gestión de bases de datos convencionales.
- La recopilación de grandes bases de información ha permitido el avance significativo en la prevención y el diagnóstico.
Las nuevas tecnologías incidirán en el rol del médico, la relación
médico-paciente y en general en una nueva manera de hacer la
medicina. En el futuro, el médico y el personal sanitario tendrá que
apoyarse en expertos para el análisis de datos a la hora de
diagnosticar, y tomar decisiones en base a la gran cantidad de
información que tendrán disponible.
BENEFICIOS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) pueden
suponer un capital esencial, una poderosa fuerza integradora de la
información del paciente, permitiendo mejorar la accesibilidad,
facilitando la monitorización de los usuarios y la evaluación de
nuestra práctica diaria.
Pero es una tecnología disruptiva, que obliga a un rediseño de la
organización, que exige cambios en la estructura, organización y
funcionamiento, tanto de las redes hospitalarias como de los equipos de Atención
Primaria (AP).
Los principales beneficios de la implementación de las TIC en el
sector sanitario son tres:
- Incremento de la calidad en la atención al usuario y en la eficiencia.
- Reducción de los costes de los servicios médicos y también administrativos.
- Posibilidad de llevar a cabo modelos de sanidad completamente nuevos.
La comunicación mediante dispositivos móviles de mensajería como
WhatsApp, Telegram o similares permiten la comunicación
instantánea y aportan seguridad al paciente, pero se debe evitar
la excesiva dependencia respecto al médico.
CONCLUSION
Las tecnologías disruptivas de hoy, imponen en el sector de la
salud un nuevo reto no solo para su adquisición, también para el
adecuado manejo e implementación de las mismas en función del
beneficio común y social de la población, que permitan garantizar
una atención médica eficiente, sostenible y de calidad.
El futuro depara una etapa emocionante para el sector de la
atención sanitaria. El cambio estructural disruptivo está viéndose
impulsado y llegando de la mano de nuevos actores no tradicionales
que tienen mucho que ganar en el universo de la atención
sanitaria, y también que presenta unos elevados márgenes de
beneficio económico.
La innovación disruptiva en el sector de la atención sanitaria se
está convirtiendo en una temática que puede dar lugar a una
dimensión totalmente distinta de creación de valor para el sector
sanitario.
Tanto la sociedad actual como la futura se va a caracterizar por
la producción masiva de datos, puesto que a medida que avanza la
tecnología y aparecen nuevos recursos informáticos se provoca la
producción de más cantidad de información.
Debemos comprender que los servicios sanitarios son
organizaciones que manejan cantidades ingentes de datos de todo
tipo, y, por tanto, deben saber cómo manejarlas y poder, de esa
forma, sacar partido de sus beneficios. La era Big Data aplicada
en la sanidad ha abierto una puerta para la mejora de la
prestación de los cuidados, la aplicación de nuevas técnicas,
orientar la práctica basándonos en la información proporcionada, y
reducir riesgos para usuarios y profesionales.
Enfermero de Atención Primaria, Máster en Atención Prehospitalaria y
Hospitalaria Urgente
BIBLIOGRAFÍA
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- González-Pardo Maza, Esther. "Tecnología big data y su misión en el campo de la enfermería." (2021).
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