En los últimos años ha aumentado el número de mujeres que deciden alumbrar en el
agua, una opción que, según diversos estudios, resulta eficaz para reducir el
dolor y acortar el tiempo de dilatación. Sin embargo, los expertos mantienen la
cautela y alertan de los posibles riesgos para los neonatos
KellyPhD at English Wikipedia, CC BY-SA 3.0, vía Wikimedia Commons |
Aunque en España no se cuenta con un registro, en los últimos años ha
crecido el número de mujeres que se deciden alumbrar en el agua como una
práctica alternativa al parto tradicional. La creciente demanda de las
gestantes por un parto lo más fisiológico posible a través de la disminución
de las técnicas intervencionistas ha propiciado el auge de la hidroterapia.
Una opción para las futuras madres que, como señalan diversos estudios,
resulta un método eficaz para disminuir el dolor y acortar el tiempo de
dilatación.
De acuerdo con los resultados de una revisión publicada en BMJ en 2021 que
incluyó 36 estudios, el parto en el agua proporciona beneficios claros para
las madres sanas, con menos intervenciones y complicaciones durante y
después del parto, así como mayores niveles de satisfacción para la mujer.
“Parir en el agua, como otra medida de analgesia natural, puede relajar
mucho y eso siempre va a ayudar durante el parto”, comenta a SINC la
ginecóloga y obstetra Miriam Al Adib, autora de diversos libros.
Según recogen los datos del trabajo de BMJ Open, en comparación con la
atención estándar, la hidroterapia redujo significativamente el uso de
epidurales, opioides inyectados y episiotomías.
El estudio mostró que la primera fase del parto en el agua,
independientemente de si dan a luz dentro o fuera de la piscina, “tiene
claros beneficios para las mujeres en las unidades obstétricas, donde se
llevan a cabo la mayoría de los partos y donde las intervenciones de
atención médica y las complicaciones son más frecuentes”.
La evidencia referida a la disminución de la percepción del dolor y el uso
de medidas farmacológicas gracias a la hidroterapia utilizada durante la
fase de dilatación se refuerzan con otra revisión bibliográfica realizada
en el 2021 y cuyo objetivo era describir la eficacia del uso de la
anterior técnica en relación con la percepción de molestia durante el
alumbramiento.
No obstante, la investigación también señala que no existen todavía
certezas sobre el beneficio de este método en la fase expulsiva, lo que
pone en entredicho la seguridad y la eficacia de la inmersión en agua para
los neonatos, como concluyen la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
(SEGO).
POSIBLES INFECCIONES Y OTRAS COMPLICACIONES EN RECIÉN NACIDOS
Si bien un número considerable de estudios concluye que el uso de
hidroterapia disminuye el dolor durante el trabajo de parto y el expulsivo
en aquellas mujeres que lo realizan en un medio acuático, ni la seguridad de
la inmersión en agua en la esta segunda fase para las madres ni la de los
neonatos han sido establecidas.
“Todavía faltan muchos estudios para poder determinar la seguridad de esta
práctica y los posibles peligros que conlleva para el bebé. La
documentación con la que contamos utiliza un tamaño muestral pequeño para
poder hacer comparaciones con el parto convencional”, comenta a SINC José
Ramón Fernández, pediatra neonatólogo en el Hospital Santa Lucía de
Cartagena.
Por su parte, Elena Casado, médica anestesióloga en el Hospital
Universitario Francesc de Borja de Gandía, indica a SINC que “etá
demostrado que, durante el periodo de dilatación del parto, debido a la
relajación muscular por la suspensión en agua tibia, alivia el dolor de
las contracciones de las embarazadas. De lo que no hay evidencias es de
que es bueno o mala para el bebé, incluso cuando hay condiciones
antisépticas”, afirma.
“Que no haya un cambio de medio y de temperatura, de la placenta a la
bañera, podría ser menos traumático para el bebé. El problema es qué
algunos estudios reportan más riesgo de infección perinatal”, aclara a
SINC Francesc Bonet, médico general en Fundació Hospital de Puigcerdà.
En la publicación de BMJ Open, por ejemplo, se concluyó que, a pesar de
que la tasa aún era baja, hubo más casos de rotura del cordón umbilical
entre los nacimientos en el agua, siendo estos 4,3/1000 en comparación a
los 1,3/1000 con atención estándar.
Este peligro durante los nacimientos en el agua también ha sido señalado
por otro estudio que realizaron en el 2021 investigadores de la
Universidad Estatal de Oregón. No obstante, la investigación, publicada en
el British Journal of Obstetrics and Gynecology, también concluía que esta
práctica alternativa conllevaba un menor riesgo en varios resultados
maternos y neonatales, incluida la hemorragia posparto y la
hospitalización poco después del parto sin que aumentaran las muertes
neonatales.
Otros de los riesgos que los expertos señalan en el parto acuático es
efecto perjudicial que puede tener la materia fecal de la madre para el
bebé, así como otros patógenos. De acuerdo con un estudio prospectivo que analizó los gérmenes en tinas de alumbramiento y comparó las tasas de
infección de los niños nacidos en el agua con las de alumbrados de forma
convencional, no se reportaron infecciones neonatales más frecuentes en la
primera modalidad. No obstante, sí se advirtió que el agua estaba
contaminada principalmente por E. coli, colibacilli y ligeramente por
Staphylococcus aureus.
Aunque son muy pocos, hay casos de partos en el agua donde los niños han desarrollado infecciones y neumonías por aspiración de gérmenes que tienden a proliferar mejor en un medio acuoso, como la legionelaJosé Ramón Fernández, pediatra neonatólogo
“Aunque son muy pocos, hay casos de partos en el agua donde los niños han
desarrollado infecciones y neumonías por aspiración de gérmenes que
tienden a proliferar mejor en un medio acuoso, como la legionela, por
ejemplo”, advierte Fernández, poniendo como ejemplo el caso que reportó en
el 2014 el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC),
cuando un recién nacido de seis días falleció tras un parto en el agua debido a una sepsis por esta bacteria.
“Cuando la madre tiene una infección es más fácil que se la trasmita al
bebé en el agua, como un herpes simple”, apunta el especialista del
Hospital Santa Lucía de Cartagena. No obstante, como agrega, “se tratan de
casos ya antiguos, donde quizás las medidas higiénicas no eran las
mejores”.
Como establece el último estudio más importante realizado sobre riesgos de enfermedades infecciosas en recién nacidos expuestos a prácticas perinatales alternativas publicado en la Revista de la Academia de
Pediatría de Estados Unidos, las posibles infecciones neonatales asociadas
con el parto en el agua son raras pero graves.
¿QUÉ DICE EL CONSENSO CIENTÍFICO SOBRE EL PARTO EN EL AGUA?
Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no se
pronunciado respecto a esta práctica cada vez más demandada por las
futuras madres, la Asociación de Matronas, recientemente publicó una guía sobre la atención del parto en casa donde se determinaba que, ante la
escasa evidencia de calidad vinculado al parto en el agua, se recomendaba
“informar a las mujeres que no hay pruebas suficientes de alta calidad
para apoyar o desalentar el parto en el agua”.
Parir en la naturaleza sin ningún tipo de control de las infecciones ni ayuda de una matrona que supervise es de locosElena Casado, médica anestesióloga
La Academia de Pediatría Americana (AAP) y el Colegio Americano de
Obstetras y Ginecólogos (ACOG) también han reportado casos de neumonías
porque los neonatos aspiraron gérmenes que había en el agua.
“Seguramente esto sucedió porque no había las mejores condiciones de
asepsia o por la propia defecación de la madre al parir”, apunta Casado.
“Y estas complicaciones pasan hasta en un entorno controlado de hospital”,
manifiesta la especialista refiriéndose al freebirth. Así se llama la
práctica a través la cual las mujeres dan a luz intencionalmente sin la
presencia de profesionales de la salud en países donde hay instalaciones
médicas disponibles para ayudarlas. “Parir en la naturaleza sin ningún
tipo de control de las infecciones ni ayuda de una matrona que supervise
es de locos”, opina la anestesióloga.
VIDEOS VIRALES EN REDES SOCIALES
Esta forma de alumbrar provocó mucha polémica el pasado verano, cuando se
hicieron virales en redes sociales vídeos de mujeres que daban a luz a su bebés en playas. “No contar con asistencia profesional durante un parto
entraña muchos peligros, tanto para la madre como los recién nacidos”,
coincide Fernández. “Pero no podemos confundir una extravagancia, como ese
caso, donde no hubo ningún tipo de asistencia y control médico, que un parto
en agua monitorizado, como lo son la mayoría que así se hacen”, asegura Al
Adib.
Para Fernández, “el problema es que no contamos con registros. Muchos de
los partos en el agua se dan en el domicilio, aunque cada vez hay más
hospitales que cuentan con una bañera”, asegura.
Ante la falta de datos necesarios para sacar conclusiones determinantes
sobre los beneficios y riesgos relativos durante la etapa de expulsión, la
recomendación de las asociaciones científicas y mayoría de expertos es
que, si bien la primera fase del parto pueda tener lugar en el agua, la
expulsión sea fuera de ella.
Artículo publicado originalmente en SINC
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