por Ignacio López-Goñi, Universidad de Navarra
No lo sabemos, pero está claro que va a ser un año especial. Llevamos dos años sin una temporada “normal” de gripe, porque el virus de la covid-19 prácticamente ha barrido al de la gripe durante la pandemia y ha cambiado la epidemiología mundial de las infecciones respiratorias.
En España, normalmente entre un 30-40 % de los casos de infecciones respiratorias son debidas al virus respiratorio sincitial, cuyo pico de incidencia suele ser el mes de diciembre. Las epidemias estacionales de gripe suelen afectar cada año al 10-20 % de la población, de la cual el 20-40 % son niños. Y el pico de gripe suele darse en enero-febrero.
Sin embargo, en un estudio que se realizó en nuestro país sobre el impacto que había tenido la pandemia en la tasa de ingresos por infecciones respiratorias en las UCI pediátricas (desde marzo de 2020 a febrero de 2021), se comprobó que apenas se detectaron casos por virus respiratorio sincitial (VRS) ni de gripe.
¿A qué se debe? Muy probablemente, las medidas aplicadas para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 –higiene de manos, uso de la mascarilla, distanciamiento social y disminución de desplazamientos– hayan contribuido a reducir la transmisión de otros virus respiratorios. Además de explicar ciertos comportamientos anómalos, como que el virus respiratorio sincitial tuviera un pico entre mayo y junio de 2020. Los casos de gripe han aparecido de forma intermitente, como un goteo, pero el virus fue prácticamente barrido por ómicron el invierno pasado.
EN AUSTRALIA, ARGENTINA O CHILE SE HA ADELANTADO, PERO NO HA SIDO DEMASIADO GRAVE
No sabemos cómo será esta temporada de gripe ni cuándo empezará, pero nos puede dar alguna pista fijarnos de nuevo en qué ha ocurrido este invierno (verano en España) en el hemisferio sur. En general, en países como Australia, Argentina o Chile la epidemia de gripe se ha adelantado varias semanas, pero no parece que haya sido una temporada especialmente más grave. En Australia ha afectado más a menores de cinco años y los subtipos circulantes han sido A(H3) y A(H1). No se ha detectado gripe de tipo B.
SIN MEDIDAS ANTI-COVID HABRÁ MÁS CONTAGIOS DE GRIPE
Tras dos años sin una temporada de gripe “normal”, lo lógico sería que este invierno hubiera más casos de gripe que en la temporada anterior, porque hemos suprimido todas las medidas contra la covid-19.
Asimismo hay que tener en cuenta que hay más personas susceptibles al virus, porque no han recibido el estímulo antigénico de campañas anteriores.
Para colmo, los anticuerpos contra la gripe también van disminuyendo con el tiempo, lo mismo que ocurre con la covid-19. En particular, los menores de cinco años no han recibido el estímulo en los últimos años y podríamos esperar un mayor número de casos de gripe.
También existen dudas de cuánto protegerá la vacuna de la gripe de este año frente a las cepas que circulen. Como llevamos un par de años sin gripe, la coincidencia entre las cepas vacunales y las cepas circulantes quizá resulte insuficiente.
VACUNAR A LOS NIÑOS
Estamos ante un invierno especial en el que van a coincidir la gripe y el coronavirus. Preocupa también cómo será la próxima epidemia de virus respiratorio sincitial, primera causa de bronquiolitis en niños pequeños.
Hay que proteger y vacunar a los más vulnerables, con especial atención a los niños. Y actuar con sentido común: la vacunación sigue siendo la mejor forma de evitar las complicaciones graves por los virus respiratorios.
Si tiene síntomas gripales lo mejor es el aislamiento. Si puede evitar asistir al trabajo, evítelo. Y el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos son muy recomendables, sobre todo para evitar transmitir el virus a los más vulnerables.
Una versión de este artículo fue publicada originalmente en el blog del autor, microBIO.
Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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