Investigadores españoles han mostrado que la molécula neprosina puede degradar
la proteína gliadina y el péptido 33-mero, uno de los principales detonantes de
esta enfermedad crónica autoinmunitaria, que se desencadena en respuesta a la
ingesta de gluten
Un trabajo liderado por científicos del Instituto de Biología Molecular de
Barcelona (IBMB-CSIC) ha identificado una molécula que podría contrarrestar
el efecto de los péptidos tóxicos causantes de la celiaquía, una enfermedad
crónica autoinmunitaria que se desencadena en respuesta a la ingesta de
gluten.
Se trata de la neprosina, hallada de forma natural en el fluido digestivo de
la planta carnívora Nepenthes ventrata. Los autores han descifrado el
mecanismo de acción, estructura y características más relevantes de la
molécula de cara a un posible tratamiento de la patología. El estudio se ha
publicado en Nature Communications.
UNA RESPUESTA INFLAMATORIA EN EL INTESTINO
Lo que desencadena la celiaquía son varias proteínas ricas en prolaminas que
se encuentran en los cereales. Cuando estas son digeridas en el estómago, se
rompen en otras más pequeñas (péptidos) que pueden resultar tóxicas. Entre
estos péptidos, uno de los más relevantes es el 33-mero, que es un fragmento
de la alfa-gliadina, una glucoproteína del trigo.
El 33-mero es capaz de resistir los ácidos gástricos del estómago, llegar
al intestino delgado y, una vez allí, atravesar la mucosa intestinal. En
el caso de personas con celiaquía, este péptido se une con especial
facilidad a un receptor del sistema inmunitario (el antígeno leucocitario
humano o HLA), lo que desencadena una respuesta autoinmunitaria e
inflamatoria que origina toda una serie de manifestaciones características
de la enfermedad.
Los resultados muestran que la neprosina puede degradar el péptido 33-mero
antes de que llegue al intestino, con lo que se podría evitar esa
respuesta inflamatoria autoinmunitaria.
EL PAPEL DE LA NEPROSINA
Los científicos han obtenido cultivos recombinantes de células humanas
para conseguir suficiente cantidad de neprosina. Han identificado y
determinado su mecanismo de acción, así como su capacidad para destruir la
gliadina y el péptido 33-mero. Experimentos in vivo en un modelo en
ratones muestran que la molécula es eficaz degradando ambas estructuras en
el estómago.
También han resuelto la estructura tridimensional y el mecanismo químico
de acción de la neprosina y han establecido características como su
estabilidad térmica, su perfil de pH, y su periodo de latencia, entre
otros.
Estos factores son muy importantes para un posible desarrollo de la
prevención o tratamiento, hasta ahora inexistente, de la enfermedad. Una
vía prometedora son las moléculas que destruyan los péptidos tóxicos, y
que pueda ser administradas por vía oral, de forma similar a los
comprimidos de lactasa que toman los intolerantes a la lactosa, explican
los autores del estudio.
FUTURAS APLICACIONES TERAPÉUTICAS
Un tratamiento así debería contener una molécula capaz de romper los
péptidos tóxicos y ser inocuo para el intestino, ser lo
suficientemente eficiente para degradar una buena cantidad de péptidos
tóxicos con dosis razonables y debería ser activo antes de pasar al
intestino, comentan los investigadores.
"Hemos podido verificar que la neprosina tiene un enorme potencial
como medicamento, ya que es mucho más activa en las condiciones
extremas de la digestión en el estómago que otras enzimas
proteolíticas candidatas actualmente en estudio para su aplicación
terapéutica”, apunta F. Xavier Gomis-Rüth.
Hemos podido verificar que la neprosina tiene un enorme potencial como medicamento, ya que es mucho más activa en las condiciones extremas de la digestión en el estómago que otras enzimas candidatas actualmente en estudioF. Xavier Gomis-Rüth, CSIC
“Vamos a realizar ahora ensayos más específicos para verificar este
potencial antes de pasar a ensayos clínicos y a trabajar con moléculas
mutantes que puedan ser más eficientes aún”, añade.
Por su parte, Francisco José Pérez Cano, investigador de la
Universidad de Barcelona y otro de los autores, comenta que “el
33-mero es el péptido más tóxico de los que se generan a partir de la
gliadina y queda por comprobar si su erradicación bastaría para
eliminar las manifestaciones y respuestas fisiopatológicas de la
celiaquía”.
Artículo publicado originalmente por SINC
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