La nueva ley del aborto incluirá un capítulo sobre el derecho a la salud
menstrual, como una baja laboral por tener el periodo, que será de tres días.
Este problema, que afecta a entre el 20 % y el 80 % de las mujeres en edad
reproductiva, merma su calidad de vida y está infratratado en muchas de ellas
por Verónica Fuentes
El término médico para las menstruaciones dolorosas se conoce como
dismenorrea, y suele aparecer en la adolescencia y final de vida
reproductiva. No se trata solamente de un dolor puntual y localizado en la
zona abdominal, puede provocar también sangrado abundante, nauseas o
vómitos, mareos, dolor de cabeza y diarrea, que en cualquier otro escenario
provocaría una baja médica.
Sin embargo, hasta ahora la única solución para las mujeres que sufren estos
síntomas ha sido acudir al médico y solicitar, cada mes, una incapacidad
temporal. O intentar mantener una vida normal con medicación para el dolor.
La nueva ley del aborto incluye un amplio capítulo sobre el derecho a la
salud menstrual que pretende acabar con este tipo de situaciones.
Hasta ahora, la única solución para las mujeres que sufren estos síntomas ha sido acudir al médico y solicitar una incapacidad temporal. O intentar mantener una vida normal con medicación para el dolor. La nueva ley del aborto pretende acabar con este tipo de situaciones
Por supuesto, la medida –que supondría una baja laboral de tres días– no
está libre de polémica y ha abierto un debate político y social. Pero ¿qué
se entiende por una regla dolorosa? María Teulón González, jefa del
Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario de Fuenlabrada, lo explica: “Es aquella que influye en la calidad de vida de
una mujer y no se soluciona con un tratamiento médico sencillo”.
“La dismenorrea es la causa más frecuente de dolor pélvico en la mujer”,
comenta Josep Estadella Tarriol, del servicio de ginecología del Hospital Sant Pau y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. “La
prevalencia exacta puede variar en función de cómo se evalúa, aunque se
estima que, como mínimo, podría afectar a un 20 % de las mujeres en edad
fértil”.
Eso sí, hay estudios que llegan a reportar porcentajes muy superiores, con
valores que podría llegar al 80 % de las mujeres que menstrúan. “Es un
problema de salud infradiagnosticado e infratratado en un porcentaje
importante de ellas”, añade Teulón, que también es profesora de la
Universidad Rey Juan Carlos.
CAUSAS DETRÁS DE ESTE TRASTORNO
Para definir qué es lo que genera esta menstruación dolorosa, podemos
clasificarla en dismenorrea primaria o secundaria. “Mientras la
secundaria suele ser producida por patologías reconocibles como
endometriosis, miomas uterinos o enfermedad inflamatoria pélvica, en la
dismenorrea primaria no encontramos ningún trastorno subyacente”, afirma
Estadella.
“Suele ser el resultado de una alteración en la producción de unas
sustancias inflamatorias, llamadas prostanoides. De hecho, en cada
ovulación y menstruación se producen incrementos en estos productos. Y
en aquellos casos en los que esta producción sea mayor, provocará una
mayor inflamación pélvica que finalmente se traducirá en dolor
menstrual”, continúa.
Se calcula que hasta un 15 % de pacientes que tienen dolor menstrual pueden llegar a tener síntomas tan intensos que les obliguen a ausentarse de su centro educativo o laboral o acudir a ambos en unas condiciones donde no pueden tener el mismo rendimientoJosep Estadella, UAB
Sobre qué restricciones puede llegar a provocar este problema,
Teulón sostiene que es un trastorno de aparición frecuente y causa
de importante absentismo escolar y laboral, si bien puntualiza que
solo una parte mantiene una limitación importante de su calidad de
vida que le impide realizar una actividad normal.
“Se calcula que hasta un 15 % de pacientes que tienen dolor
menstrual o dismenorrea pueden llegar a tener síntomas tan intensos
que les obliguen a ausentarse de su centro educativo o laboral o
acudir a ambos en unas condiciones donde no pueden tener el mismo
rendimiento”, subraya Estadella.
QUE HACER PARA ALIVIAR ESTE DOLOR
Para aplacar el malestar, existen diferentes opciones, desde un
tratamiento analgésico para disminuir el nivel de dolor, terapias
dirigidas a disminuir la producción de estos prostanoides que se
secretan en exceso, a métodos hormonales para bloquear la ovulación
(y, por tanto, parar el incremento de dichas sustancias que se
producen a consecuencia de la regla).
El tratamiento habitual de la dismenorrea se basa en el empleo de antiinflamatorios y anticonceptivos orales. El calor local y ejercicio físico ligero podrían contribuir también a la mejoría temprana del dolor
“El tratamiento habitual de la dismenorrea se basa en el empleo de
antiinflamatorios no esteroideos (como ibuprofeno), paracetamol y
anticonceptivos orales”, indica Teulón.
“El calor local y ejercicio físico ligero podrían contribuir
también a la mejoría temprana del dolor. No obstante, por el
momento el papel de terapias alternativas (acupuntura) o
introducción de cambios en la dieta no ha conseguido demostrar
mejora”, apunta.
Según Estadella, “lo importante en todos los casos sería plantear
las opciones posibles de tratamiento para cada paciente y llegar a
decisiones consensuadas sobre cuál es la mejor opción y la que se
adapta mejor a su situación personal”.
CUÁNDO ACUDIR A UN ESPECIALISTA
El abordaje de la dismenorrea habitual puede realizarse en el
ámbito del médico de cabecera, que puede recetar cualquiera de los
tratamientos habituales. “Se debe acudir al especialista cuando el
procedimiento habitual no resuelve el problema o la afectación de
la calidad de vida de las pacientes es importante”, expone Teulón.
Valoro positivamente la introducción de esta nueva consideración a un problema de salud importante para algunas mujeres. Pero solo debería implementarse en pacientes adecuadamente estudiadas y tratadas para evitar perder competitividad en el mercado laboralMaría Teulón, Hosp. de Fuenlabrada
Igual considera el profesor de la Autónoma de Barcelona: “No
debemos normalizar el dolor. Sobre todo, cuando afecta a las
actividades diarias de la mujer y les obliga a modificarlas o a
dejar de realizarlas”.
BAJA LABORAL CON INFORMES MÉDICOS
Los expertos opinan que el tema de la baja es igual que para
cualquier otra enfermedad. “Se debe ofrecer la posibilidad de un
tiempo de reposo en casos de un malestar intenso que no permita
hacer las actividades diarias. Y, lo más importante, no
minimizarlo solo porque sea una condición menstrual. Debemos
brindar una óptima atención, con un buen diagnóstico y
tratamiento, como en cualquier otra patología”, expone
Estadella.
Los expertos insisten en no normalizar este dolor. Sobre todo, cuando afecta a las actividades diarias de las mujeres y les obliga a modificarlas o a dejar de realizarlas
Por su parte, Teulón valora positivamente la introducción de
esta nueva consideración a un problema de salud importante para
algunas mujeres. “Pero solo debería implementarse en pacientes
adecuadamente estudiadas y tratadas. Si no se maneja bien, puede
ser un arma que aumente la brecha de género existente porque
perderemos competitividad en el mercado laboral”, concluye.
Artículo publicado originalmente en SINC
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