La pandemia que estamos sufriendo afecta la situación actual de enfermería,
una profesión de la salud pública que interviene con base filosófica,
humanística, científica y ética, cuyo propósito es la promoción de la salud,
optimizar la prevención de las enfermedades, contribuir en el tratamiento de
las enfermedades y participar en la recuperación de la salud de las personas
que lo necesitan.
Enfermería, una profesión fundamental para la salud pública de todos los
sistemas sanitarios, se ha posicionado en primera línea para enfrentarse a
la situación altamente complicada, compleja y amenazante que está causando
la pandemia del virus SARS-CoV-2 (COVID-19).
En estos tiempos de pandemia varias disciplinas se han dedicado a dar su
aportación a la ciencia, pero la participación y los conocimientos
aportados por la enfermería como disciplina ha sido esencial en el
enfrentamiento a la situación higiénica epidemiológica que afecta al
mundo. La enfermería es una profesión que forma parte de los servicios de
salud y su dirección es la esencia del cuidado. Este cuidado es el único y
central que está asociado con la práctica y debe de realizarse de forma
integral desde lo biológico, psicológico, familiar y social; elementos
inseparables para poder brindar cuidados de calidad. El acto de cuidar
está implícito en el proceso de trabajo de los profesionales de la
enfermería y sustentado en el uso de las teorías y modelos que desarrollan
aspectos filosóficos y humanísticos del cuidado, que sirven de guía para
organizar los conocimientos aportados por esta disciplina.
El objetivo de este artículo es poder demostrar como los principales modelos de enfermería siguen vigentes en el contexto actual y son capaces de adaptarse y dar soluciones a los cuidados requeridos por los pacientes que han adquirido el SARS-CoV-2
Para el personal de enfermería, el ser humano es su centro del cuidado,
es su razón de ser en la vida profesional, y a la vez, también es su
motor principal con una gran vocación de servicio, sin dejar de analizar
la integralidad de este ser: como un todo, como ser que es dotado de
cualidades humanas, capaz de trascender en la vida. El personal de
enfermería asume las dimensiones humanas como parte integral, cuida lo
corporal, lo sociocultural, lo espiritual, cognitivo, comunicativo,
estético, emocional (afectivo) y ético. En consecuencia, hoy la
enfermería se debe reivindicar desde sus bases, para que desde una nueva
arquitectura que une al mundo con conexiones virtuales, no pierda el
equilibrio. Lo cual, es un reto que actualmente parece una utopía, ya
que en la pandemia se sufre hondamente ante la incertidumbre.
En el contexto actual de tiempos de COVID-19 hemos de contemplar todas
las dimensiones que forman a los seres humanos y a la vez hemos de
reflexionar sobre el reto que nos supone para el cuidado enfermero
teniendo siempre presente:
- La dimensión corporal, relacionada como parte del cuidado integral del cuerpo físico, de manera externa e interna para su mantenimiento, a través de una adecuada nutrición, el ejercicio físico como fuente de fortaleza, dinamismo y cambio interior.
- La dimensión social, el ser humano forma parte de un todo, incluido en la familia, comunidad, cultura, en un contexto en relación con otros seres vivos; se establecen diferentes relaciones acordes a los objetivos y metas de cada persona, grupo y/o comunidad.
- La espiritualidad, “se define como la capacidad multidimensional de búsqueda de sentido y conexión en las relaciones con uno mismo, con las demás personas, con la naturaleza o lo sagrado”. Es por ello que, la dimensión espiritual es entendida como la parte del ser humano que intenta reflexionar y pensar el sentido y propósito de la existencia de su vida.
- Desde la dimensión cognitiva, cada persona tiene una visión para encontrar respuestas a sus preguntas por medio del conocimiento, y del saber. El cual, es enriquecido por la búsqueda constante a los interrogantes que se plantea desde qué tiene conciencia.
- En la dimensión comunicativa, el ser humano cuenta con gran capacidad para llegar a un diálogo consensuado con el otro, a través de diferentes códigos, símbolos, signos, está haciendo que la vida sea un reencuentro entre personas.
- Desde la dimensión estética, cada persona quiere encontrar en el mundo que le rodea lo bello, lo hermoso y poder admirar y apreciarlo desde está mirada. En esta dimensión la parte estética juega un papel preponderante, de acuerdo a la manera como se vea está belleza, como se perciba, donde las personas pueden tener emociones de aceptación o rechazo.
- En la dimensión emocional, el personal de enfermería tiene un rol muy valioso; donde al interpretar el sentir emocional del paciente sabe que puede establecer un acercamiento terapéutico de mayor escucha y observación.
- Desde la dimensión ética, el ser humano se evidencia cómo único, irrepetible, con capacidad de decisión, inteligente, con potencia para razonar las decisiones que asume. De allí que, la ética hace un reconocimiento a las acciones que realiza la persona, donde se genere un bien para la sociedad.
El objetivo de este artículo es poder demostrar como los principales
modelos de enfermería siguen vigentes en el contexto actual y son
capaces de adaptarse y dar soluciones a los cuidados a los cuidados
requeridos por los pacientes que han adquirido el SARS-CoV-2.
Desarrollaré los modelos de enfermería de tres de las principales
teorías del cuidado.
FLORENCE NIGHTINGALE
Donde la labor de la enfermera/o se refleja es en el cuidado, término que es y será inherente al profesional de enfermería, desde épocas remotas lo destaca la primera teórica de enfermería: Florence Nightingale; quien señala que las enfermeras son “personas capacitadas en el cuidado de los enfermos”. Con Nightingale, durante la Guerra de Crimea (1853-1856), comienza a cambiar la imagen que tenía el público de la profesión de enfermería. A menudo se distingue a Nightingale como la primera teórica que elevó el nivel de enfermería por medio de la educación, con sus escritos y en la práctica diaria al cuidado de los soldados. Inició la mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias, su teoría se centra en el entorno saludable ( aire, puro, agua potable, eliminación de aguas residuales, higiene y luz),estos se consideran tan indispensables en la actualidad como hace 150 años. La higiene como concepto es uno de los elementos esencial de la teoría del entorno de Nightingale, resaltando por encima de todo el lavado de las manos con frecuencia. En el contexto pandémico actual esta norma aplicada antiguamente es una de las medidas preventivas prioritarias para eliminar el virus del coronavirus (SARS-CoV-2), y romper la cadena de transmisión, considerada por la OMS como la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente.
El principal aspecto destacado por Nightingale fue la higiene, con
el control del medio ambiente de las personas y sus familias. La
teoría ambientalista fue presentada por Nightingale en 1859. En su
teoría, aunque fue escrita hace más de 150 años, respalda varias
acciones de la actualidad, tales como: la higiene previene la
morbilidad; y con un ambiente limpio, el número de casos de
infección disminuye.
La adopción por parte de la población de las medidas preventivas
recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la
infección por COVID-19, en particular, realizar la higiene de las
manos y evitar ambientes cerrados, son esenciales para controlar la
diseminación del coronavirus.
Se demuestra que Florence Nightingale fue una visionaria para su
tiempo, al ofrecer grandes contribuciones en el campo de la
epidemiología. Sus estudios con la teoría ambientalista siguen
vigentes, incluso después de casi dos siglos desde su preludio. El
lavado de manos implementado con éxito por Nightingale, así como el
cuidado del medio ambiente, son procedimientos reconocidos
oficialmente por la OMS como estrategias para combatir la
propagación del COVID-19.
CALLISTA ROY
El modelo de Roy se centra en el concepto de adaptación de la persona, quien busca continuamente estímulos en su entorno. Como paso último, se efectúa la reacción y se da paso a la adaptación. Esta reacción puede ser eficaz o puede no serlo.
La meta de Enfermería es la promoción de la adaptación del sistema
humano. La adaptación busca mantener la integridad y la dignidad;
contribuye a promover, mantener y mejorar la salud, la calidad de
vida, y a morir con dignidad.
En el modelo hay dos subsistemas que se relacionan entre sí: el
subsistema de procesos primarios, funcionales o de control está
compuesto por el regulador y el relacionador. El subsistema
secundario y de efectos está compuesto por cuatro modos de
adaptación:
- Fisiológico
- Autoconcepto
- Función del rol
- Interdependencia
Los antecedentes demuestran que los profesionales de enfermería
han tenido que adaptarse al nuevo contexto laboral generado por la
pandemia. En este sentido, la teoría de Callista Roy refiere que
los humanos (pacientes y enfermeras) se consideran holísticos y
adaptativos en función de los estímulos a los que se exponen,
estos estímulos en primer plano son focales, contextuales porque
pueden surgir de la situación y residuales. Aquellos cuyo origen
es desconocido como es el caso de la pandemia, generan la
capacidad de responder de manera positiva a los estímulos, es
decir, su nivel de adaptación. Debemos estimar que los humanos se
interrelacionan una y otra vez con su ámbito y permanecen
expuestos a estímulos persistentes, dicha capacidad es
determinante para el confort personal y plenamente aplicable en la
situación de las enfermeras, puesto que han logrado adaptarse a
las agobiantes situaciones que provoca la pandemia del coronavirus
SARS-CoV-2, y la aplicación de esta teoría provoca que la
habituación al medio sea exitosa pese a las situaciones adversas.
Las personas poseen diversos mecanismos de afrontamiento
regulatorios y cognitivos, diferencia 4 formas de conducta: la
regulación fisiológica o modo fisiológico, adaptación a las
expectativas o modo funcionalidad papel, la libertad para
facilitar el bienestar o modo de interdependencia y la identidad o
modo de autoconcepto. En el modelo de Roy, los procesos de
salud-enfermedad se comprenden como magnitudes inevitables de la
vida humana, es de esta forma que la enfermera muestra su estado
de salud mediante la liberación de la energía utilizada para
encarar a esta enfermedad pandémica, permitiendo direccionarla
durante la atención y defendiendo a los pacientes, sus compañeros
de labores y todo aquel que trabaja en el área; esta sucesión
suscita la integridad. Y por consiguiente, la carencia de salud es
una falta de unión.
Este modelo refiere que el profesional de enfermería es el que más
tiempo permanece cuidando a la persona, por lo que se encuentra en
una posición ideal para brindar educación sanitaria. Así pues, el
personal de enfermería ha de presentar las habilidades necesarias
para hacer frente a situaciones de ansiedad por parte de los
pacientes a través de la educación sanitaria de manera individual.
El individuo afrontará positivamente la situación en la que se
encuentra generando una independencia personal y reduciendo el
temor a lo desconocido, cumpliendo entonces lo que manda el modelo
que es generar seguridad y reducir el miedo. El profesional de
enfermería interviene mediante un rol docente a través de la
educación sanitaria para que de esta manera pueda promover la
seguridad y disminuir la ansiedad en las personas.
DOROTHEA OREM
En el año 1991, Dorothea E. Orem, una de las enfermeras teóricas estadounidenses más destacadas, definió el autocuidado como «La conducta de las personas hacia sí mismas o hacia su entorno para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y funcionamiento en beneficio de su vida, salud y bienestar. Es una actividad aprendida por los individuos y orientada hacia un objetivo».
Las actividades de autocuidado son cruciales, no solo para la salud
física, sino también para nuestra salud mental; al fin y al cabo,
nos permite reconocer nuestras necesidades tanto físicas como
mentales y emocionales. Poner en práctica el autocuidado nos ayuda a
promover pensamientos más positivos y a potenciar una mejor relación
con uno mismo; lo que mejora considerablemente la autoestima”.
El legado de Dorothea E. Orem cobra una especial vigencia hoy, ya
que describió de diversas formas el término autocuidado. Su juicio
científico nos permite en el presente, diseñar y orientar la
asistencia de cuidados en un país que persigue estar libre de
contagios.
La actual crisis generada por la pandemia del COVID-19 ha desnudado los sistemas de salud del mundo. El autocuidado es la premisa actual de la humanidad
En medio del fenómeno social que representa la pandemia COVID‐19 se
puede considerar que es un momento válido para el empleo de la
teoría del déficit de Autocuidado, soporte teórico que posibilita
una adecuada correspondencia con la aplicación del Proceso de
Atención de Enfermería (PAE) en:
- Determinar la necesidad de autocuidado demandada en la persona o las personas afectadas con la COVID‐19, se realiza una valoración íntegra (incluye requisitos de autocuidado) y posteriormente, se establece el diagnóstico o los diagnósticos, según las particularidades de las mismas frente a la nueva enfermedad.
- Planificar e intervenir con acciones de enfermería, que compensen las limitaciones afectadas, logrando un vínculo favorecedor entre la enfermera (agente de autocuidado) y las personas tratadas.
- Evaluar la eficacia de las acciones implementadas en la etapa anterior, cumpliendo con el desarrollo de la capacidad humana de afrontar sus propias necesidades (agencia de autocuidado), por consiguiente se previene y controla la infección por SARS‐CoV‐2.
La actual crisis generada por la pandemia del COVID-19 ha
desnudado los sistemas de salud del mundo. El autocuidado es la
premisa actual de la humanidad.
Se necesita la ayuda de cada uno de los ciudadanos del
planeta, para poder combatir con éxito el COVID-19. Sin la
responsabilidad individual de cada persona, las políticas
sanitarias de los gobiernos en este sentido fracasarán.
EN DEFINITIVA
En situaciones como esta crisis, que atravesamos a nivel mundial,
hace que la población visibilice la dimensión real y la
importancia de la imagen del cuidado de enfermería al asistir a
pacientes infectados con COVID-19, demostrando dedicación,
abnegación del cuidado holístico, de forma continua, permanente en
el contacto directo, luchando contra un enemigo invisible que no se
conocía antes, que es mortal y agresivo, sujeto a contagiarse y esta
a su vez a su entorno familiar porque la enfermería es cuidado de
salud y cuidado de la enfermedad, prevención, promoción de la salud
y rehabilitación. Asimismo, es cuidado comunitario, domiciliario,
institucional, de salud mental y de manera creciente del
autocuidado. La enfermería está presente desde el principio hasta el
final de la vida.
Hoy no solo es el COVID-19, es la enfermedad que despierta la
sensibilidad de lo desconocido, la que evidencia la limitación
humana aun en medio de potencias socioeconómicas. Es la emergencia
de lo nuevo que genera caos para ordenar, unir, solidarizar,
familiarizar, escuchar, ver, reflexionar, dignificar, integrar,
dialogar, acordar, expresar, respetar, liberar, despertar,
humanizar, educar y cuidar.
La enfermería tiene la habilidad y el sello distintivo único, a
partir del conocimiento científico de referentes teóricas, para
impulsar el autocuidado, elemento imprescindible en tiempos de
pandemia.
Como seres humanos, desde la misión y visión de enfermería; somos
capaces de afrontar con valentía y resiliencia, porque esta nueva
realidad permite reencontrar y aceptar nuestra verdad más profunda,
para integrar las dimensiones humanas con la ética de las virtudes
desde la fortaleza, templanza, prudencia y justicia, para que estas
sean la brújula del discernimiento en la toma de decisiones para
enfermería.
Enfermero de Atención Primaria, Máster en Atención Prehospitalaria y
Hospitalaria Urgente
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